El conocimiento actual sobre la microbiota intestinal reafirma la importancia de una alimentación sana.
Lo cierto es que, con una dieta natural y libre de preservantes, puedes cuidar mejor a tus bacterias intestinales y gozar de buena salud.
En este sentido, los alimentos elaborados con capomo son muy beneficiosos. Por lo que se han convertido en una opción valiosa para personas que eligen alimentarse de forma adecuada.
¿Qué es la flora intestinal?
La flora o microbiota intestinal es el conjunto de bacterias, hongos y virus que habitan en los intestinos de una persona. Comúnmente, está compuesta por gérmenes beneficiosos y dañinos para la salud humana.
Cuando ambos tipos de gérmenes están en equilibrio o predominan las beneficiosas, la persona se mantiene sana y sus intestinos funcionan con normalidad. A este proceso se le conoce como eubiosis.
En cambio, si los gérmenes dañinos se vuelven más numerosos que los “buenos”, entonces la flora se altera, se producen sustancias tóxicas en los intestinos y aparecen síntomas de enfermedad. Este proceso se conoce como disbiosis.
Los estudios científicos afirman que la flora intestinal está formada por 100 billones de bacterias, hongos y virus de diferentes tipos. Estos microorganismos viven en la mucosa de todo el tubo digestivo. Por tanto, cuando una persona defeca, expulsa una buena parte de ellos.
De hecho, se calcula que el 30% de las heces fecales de un ser humano está formada por bacterias intestinales.
Definitivamente, los microorganismos que conforman la flora intestinal son muy importantes para mantener un buen estado de salud. Por eso, es necesario que la conozcas para que puedas cuidarla adecuadamente y así, evitar que se altere.
Funciones de la microbiota intestinal
Las funciones de la microbiota intestinal son diversas y muchas de ellas todavía están en estudio. No obstante, hasta el momento los investigadores han podido confirmar las siguientes:
- Protección frente a gérmenes dañinos: la microbiota actúa como una barrera que impide el paso de gérmenes dañinos y el aumento excesivo de los que ya existen.
- Absorción de nutrientes: las bacterias del intestino grueso permiten absorber minerales importantes para el cuerpo como hierro (Fe), magnesio (Mg) y calcio (Ca).
- Producción de vitaminas: son capaces de aportar vitamina B1, B2, B5, B7 y folato, las cuales cumplen con importantes funciones en el organismo humano.
- Síntesis de neurotransmisores: participan en la producción de dopamina, serotonina y GABA ( ácido gamma-aminobutírico), sustancias clave para el estado de ánimo y las funciones cerebrales.
- Producción de aminoácidos: otra de las funciones de la flora intestinal es producir algunos aminoácidos, aunque todavía se desconoce su beneficio.
¿La flora intestinal puede generar enfermedades o curarlas?
La flora intestinal puede generar enfermedades cuando por alguna razón existe un desequilibrio de gérmenes. A este proceso se le conoce como disbiosis y es el origen de varios trastornos digestivos.
Por ejemplo, cuando la flora intestinal se altera aumenta el riesgo de que aparezcan enfermedades digestivas como:
- Obesidad
- Diabetes tipo 2
- Enfermedad inflamatoria intestinal
- Síndrome de intestino irritable
- Hígado graso
- Trastornos del estado de ánimo como depresión
Así lo avala un estudio realizado por la especialista Icaza-Chávez y publicado en la Revista de Gastroenterología de México.
Obesidad
Un estudio realizado por Julia Álvarez y colaboradores, publicado en la revista de Gastroenterología y Hepatología en ScienceDirect, explica el papel de la microbiota en la aparición de la obesidad.
Los autores plantean que la microbiota juega un papel clave en el almacenamiento de los lípidos o grasas en el cuerpo humano.
Por tanto, la alteración de la microbiota o disbiosis, pudiera ser una causa de obesidad en muchas personas. No obstante, este tema aún se está estudiando para conocer los mecanismos exactos que lo originan.
Diabetes tipo 2
La diabetes mellitus tipo 2 es un trastorno que se caracteriza por niveles elevados de glucosa en sangre (hiperglucemia) y generalmente se acompaña de obesidad.
Consiste en un trastorno del metabolismo que de no tratarse de manera apropiada, puede generar varias complicaciones en la salud de la persona.
Este tipo de diabetes, también llamada no insulinodependiente, generalmente se puede controlar con una dieta rica en fibra y baja en azúcares simples, como las presentes en los refrescos y dulces.
Pero, ¿por qué la dieta es tan importante? Actualmente se sabe que los alimentos que se consumen pueden repercutir directamente de manera negativa o positiva en la microbiota intestinal.
Según la investigadora Julia Álvarez del Servicio de Endocrinología y Nutrición, Hospital Universitario Príncipe de Asturias, la microbiota interviene en la secreción de insulina (la hormona que facilita el paso de la glucosa al interior de las células del cuerpo), en la sensibilidad a la insulina y en la aparición de la diabetes tipo 2.
También afirma que los niveles de glucosa (glucemia) después de una comida, dependen en buena parte, de la composición de la microbiota intestinal.
Por ello, consumir alimentos ricos en fibra dietética puede beneficiar tu microbiota intestinal y disminuir el riesgo de diabetes tipo 2, o ayudar a controlarla en caso de que ya la padezcas.
Enfermedad inflamatoria intestinal
La enfermedad inflamatoria intestinal es otro problema autoinmune estrechamente relacionado con el mal funcionamiento de la microbiota intestinal.
La enfermedad inflamatoria intestinal se divide en dos trastornos digestivos:
- Enfermedad de Crohn
- Colitis ulcerosa
En ambos casos los individuos afectados presentan síntomas como:
- Diarrea
- Sangre en las heces fecales
- Cansancio o fatiga
- Pérdida del apetito
- Cólicos en el abdomen
- Pérdida de peso
- Desnutrición
Para la enfermedad inflamatoria intestinal, el Manual Merck (MSD) recomienda dietas saludables y un estilo de vida alejado del estrés.
El objetivo es disminuir la inflamación intestinal y equilibrar la microbiota para que la persona deje de sufrir los síntomas de la enfermedad. O por lo menos, se sienta aliviada.
Sin duda, este es otro ejemplo de cómo una flora dañada puede provocar enfermedades en los seres humanos.
Síndrome de intestino irritable
Estudios realizados por Stacy Menees y William Chey, ambos especialistas de la División de Gastroenterología de Medicina de Michigan, afirman que la microbiota juega un papel clave en la aparición del intestino irritable.
Los autores explican que aunque el origen de este problema de salud todavía no está claro, los estudios siguen apuntando a la alteración de la microbiota intestinal como punto de partida.
Hígado graso
Por otro lado, el hígado graso que se presenta en personas no alcohólicas también se ha asociado con la disbiosis intestinal.
Los científicos plantean que algunos productos tóxicos producidos por la microbiota dañada, como amoniaco, fenol y etanol son los responsables del daño en el hígado.
Estas sustancias provocan que el órgano funcione mal y se llene de grasa, lo que dificulta su funcionamiento normal.
Que tu microbiota intestinal sea tu aliada y no tu enemiga
Conocer todas las enfermedades que puede ocasionar una flora intestinal dañada, te permite entender mejor la importancia de su cuidado.
Lo primero es llevar una dieta saludable con alimentos naturales y libres de químicos que puedan afectar las bacterias de tus intestinos.
En este sentido, los prebióticos que tienen un alto contenido de fibra como el capomo resultan muy beneficiosos.
La fibra natural presente en el capomo, permite que tu microbiota intestinal se nutra y esté saludable.
También son adecuados los probióticos como el chucrut y el yogurt natural, ya que contienen bacterias “buenas” que pueden integrarse a tu flora intestinal.
El cuidado de tu flora intestinal es clave para tu salud
Para gozar de una buena salud digestiva es necesario cuidar lo que comes. Ten en cuenta que tus bacterias son muy susceptibles y pueden afectarse con malos hábitos de alimentación y de estilo de vida.
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